Lejos del ruido de las grandes ciudades y de la Navidad de escaparate, Benaoján propone un viaje diferente, el de descender a las entrañas de la tierra para descubrir cuevas milenarias, paisajes de invierno y un pueblo que encuentra en la piedra y el silencio su mejor refugio para estas fechas.
En pleno corazón de nuestra comarca, Benaoján se ha consolidado como uno de los grandes referentes del turismo de naturaleza en invierno. Cuando el frío invita a abrigarse y caminar sin prisas, el municipio abre una puerta singular como son la espectaculares cuevas, espacios donde el tiempo parece haberse detenido miles de años atrás.
La Cueva del Gato: donde el río nace del corazón de la montaña
La estampa es casi irreal. En el término municipal de Benaoján, la Cueva del Gato muestra una de las bocas más fotogénicas de la provincia: un arco de roca del que brota el río Guadiaro, encajado entre paredes calizas y vegetación de ribera.
En Navidad, lejos de los bañistas del verano, el lugar recupera su carácter más salvaje. El acceso al interior está restringido, pero el entorno se convierte en un escenario ideal para pasear, hacer fotografías o simplemente escuchar el sonido del agua. El contraste entre el verde intenso del valle y la piedra húmeda ofrece una imagen poderosa del invierno en la Serranía.
La Cueva de la Pileta: un viaje a la prehistoria
A pocos kilómetros del casco urbano se encuentra uno de los grandes tesoros arqueológicos de Andalucía: la Cueva de la Pileta. Descubierta a comienzos del siglo XX, conserva pinturas rupestres con más de 20.000 años de antigüedad.
La visita, siempre guiada y con reserva previa, cobra un valor especial en estas fechas. En el interior, la temperatura se mantiene estable durante todo el año, creando un refugio natural frente al frío exterior. Estalactitas, galerías amplias y figuras prehistóricas dibujadas sobre la roca convierten el recorrido en una experiencia casi ceremonial, donde el visitante camina entre arte, historia y geología.
Naturaleza, pueblo y gastronomía: el complemento perfecto
Más allá de las cuevas, Benaoján invita a recorrer sus calles blancas, a detenerse en sus bares y ventas y a descubrir una gastronomía serrana que en invierno alcanza su mejor versión: guisos calientes, embutidos artesanos y productos de la tierra.
Los senderos del entorno, especialmente los que siguen el valle del Guadiaro, permiten completar la jornada con caminatas suaves, ideales para familias o visitantes que buscan desconectar durante las fiestas.
Una Navidad diferente, lejos del ruido
Ir de cuevas en Benaoján en Navidad no es solo una excursión: es una forma de reconciliarse con el paisaje y con el tiempo lento. Sin colas, sin prisas y sin artificios, el municipio ofrece un plan alternativo que combina naturaleza, patrimonio y silencio.
Una propuesta distinta para quienes entienden la Navidad no como un escaparate, sino como una oportunidad para mirar hacia dentro… incluso bajo tierra.


