Siesta tour
En alerta amarilla con un terrá de masticar arenas infernales, la televisión como música de fondo me ha deparado gentiles siestas veraniegas, nacidas por despiste en una curva del Tour y espabile a 15 kilómetros de la meta, para oír cómo se pronuncia Pogacar, el más amarillo de las metas. Trato de prestar atención al ...












