Cuevas del Becerro

Redacción

Cuevas del Becerro, entre cerros, ríos, leyendas y con alma mozárabe

Turismo

Entre cerros, ríos y leyendas se alza Cuevas del Becerro, un pequeño gran pueblo con alma mozárabe, encaramado sobre un promontorio en la comarca del Guadalteba. Aunque no lo parezca a primera vista, esta joyita es la puerta norte hacia la mágica Serranía de Ronda. Aquí mandan la sierra de Vijan, el cerro de los Tercios y el río de las Cuevas, que lo vigilan desde tiempos inmemoriales.

Puede que sea uno de los municipios con menos habitantes de Málaga, pero que no te engañe el tamaño: Cuevas del Becerro está cargado de razones para una escapada que no se olvida. Cultura, paisajes que quitan el hipo, sabores auténticos y costumbres con solera. Vamos, un cóctel rural de los que ya no se estilan.

Qué ver y disfrutar en el municipio 
Un paseo a lo Indiana Jones por la Cueva del Moro
Incluida en el catálogo natural de El Torcal de Antequera —sí, ese que la UNESCO bendijo como Patrimonio de la Humanidad—, esta cueva es el paraíso para los fans de las aventuras subterráneas, el senderismo y la espeleología. Ponte el frontal y prepárate para alucinar.

La iglesia de San Antonio Abad: más que un templo, un símbolo
En plena calle Real, esta iglesia del siglo XX levanta su única nave con humildad, pero con carácter. Su espadaña vigila el paso del tiempo, mientras en el altar —todo arcos y esculturas—, San Antonio se luce acompañado por dos becerros que no están ahí por casualidad.

La Fuente del Nacimiento: historia líquida
Este lugar no es solo una fuente: es el sitio donde el mismísimo Alfonso XI “El Justiciero” se pegó una siesta estratégica en 1330 antes de lanzar su ataque sobre Ronda. Canales, aljibes y caños componen este rincón que mezcla agua, piedra y memoria.

Los Resbalaeros: diversión a la antigua usanza
Tres tajos de piedra pulidos por el tiempo (y por los traseros de generaciones de chavales del pueblo) que sirvieron de tobogán antes de que existieran los parques infantiles. Cerca de allí están Las Eras, donde se trillaba el trigo a golpe de viento y esfuerzo campesino.

Casas de las Viñas: arqueología con sabor a aceite y barro
Este yacimiento romano esconde lo que fue una factoría de aceite y un complejo alfarero. Dos hornos perfectamente conservados son testigos del bullicio que vivió este rincón en plena época imperial. Si te gusta lo antiguo de verdad, este sitio es un filón.