La Diputación de Málaga avanza en la creación de la Ruta de los Viajeros Románticos, un trazado inspirado en los recorridos que, durante el siglo XIX, unían Gibraltar con Ronda y que atrajeron a numerosos exploradores y escritores europeos. Según la institución provincial, las obras ya se encuentran ejecutadas en torno al 15% y mantienen un ritmo que permitirá concluirlas a finales de noviembre.
En la provincia, el itinerario se desplegará a lo largo de 58 kilómetros, enlazando Ronda con El Secadero (Casares) y atravesando municipios como Alpandeire, Atajate, Benadalid, Benalauría, Algatocín, Benarrabá y Gaucín. Para su desarrollo, la Diputación ha destinado unos 800.000 euros, en colaboración con la Asociación de Municipios, Empresas e Instituciones del Campo de Gibraltar y la Serranía de Ronda de la Ruta de los Viajeros Románticos (Aruviro).
Además, la Diputación también impulsa la Ruta de Fray Leopoldo, que recorre Jimera de Líbar, Atajate y Alpandeire —localidad natal del beato— y que ya está señalizada y en funcionamiento.
El presidente de la Diputación, Francisco Salado, destaca que ambas iniciativas constituyen «una oferta cultural, recreativa e histórica de gran valor» y que supondrán «un revulsivo turístico para la provincia».
De Gibraltar a Ronda: el Camino del Inglés
El itinerario romántico recupera la memoria del Camino del Inglés, como se conocía al trayecto desde Gibraltar hasta Ronda. Este recorrido alcanzó su auge en el siglo XIX, en un contexto marcado por la resistencia durante las Guerras Napoleónicas (1810-1812), el contrabando con origen en Gibraltar y la proliferación de relatos de viajeros que conferían un halo de misterio y aventura a la travesía.
En ese camino destacaban tres enclaves: Gibraltar, enclave británico y centro de comercio y actividad militar; Gaucín, balcón natural hacia el Peñón; y Ronda, separada por un duro trayecto montañoso cargado de riesgos, reales o imaginados, que fascinaban a los cronistas.
Un monolito en Ronda, obra del escultor gallego Ricardo Dávila, recuerda hoy a esos viajeros decimonónicos que dejaron constancia de su paso.
El legado de Fray Leopoldo
En paralelo, la Diputación busca reforzar la ruta que sigue las huellas de Fray Leopoldo de Alpandeire, que emprendía el camino desde la estación de Jimera de Líbar hasta su pueblo natal, tras llegar en tren desde Granada, donde residía en el convento capuchino.
El proyecto contempla potenciar la conexión Alpandeire-Granada, de su lugar de nacimiento hasta su sepultura, con el objetivo de consolidar un camino de peregrinación para devotos y visitantes, tanto a pie como en bicicleta, y fomentar el conocimiento de su vida y legado espiritual.