La Diputación de Málaga, de la mano del Grupo Popular, presentó recientemente en Ronda una serie de subvenciones para apoyar a pymes y fomentar el empleo en municipios golpeados por la DANA. Todo muy loable, salvo por un pequeño detalle como es que en el mapa de la solidaridad institucional parece que no aparecen ni Ronda ni la Serranía.
La diputada provincial por Ronda y concejal del Ayuntamiento rondeño, María del Carmen Martínez, fue la encargada de presentar las nuevas líneas de actuación impulsadas desde su grupo. Según dijo, estas ayudas están “adaptadas a las necesidades de cada territorio, con especial atención a las zonas más vulnerables”. Pero, curiosamente, entre esas zonas no se encuentra la comarca a la que representa estando sufriendo los efectos perniciosos efectos económicos del corte de la A-397. Ni empresarios, ni autónomos, ni trabajadores damnificados desde hace cuatro meses y medios se hallan entre los posibles receptores de estos incentivos públicos.
A pesar de que alcaldes y alcaldesas de la Serranía llevan tiempo reclamando apoyo para autónomos, pequeñas empresas y trabajadores que están sufriendo las consecuencias económicas del corte de la —esa que muchos llaman la “carretera del pan” por su importancia vital para la zona—, ni rastro de ayudas, ni un gesto, ni un euro. La diputación lo contempla… ni se le espera.
«Sin noticias de Ronda»
Las subvenciones que se anunciaron se centran en actuaciones para paliar los efectos de la DANA como arreglos de infraestructuras, mejoras preventivas y apoyo a la contratación. Bien por los municipios que las recibirán, pero ¿qué pasa con quienes han perdido ingresos por un corte de carretera que los aísla desde hace meses? Una vez analizado ese paquete de ayudas habría que parafrasear a Eduardo Mendoza «Sin noticias de Ronda«.
Martínez aseguró que “la Diputación está donde tiene que estar, es decir, con los vecinos y vecinas que han sufrido los efectos de la DANA”. Pero visto desde Ronda y los pueblos de la Serranía, esa afirmación suena más a declaración de intenciones que a realidad palpable.
También defendió que el Partido Popular apuesta por una Diputación “útil, que transforma los recursos públicos en oportunidades reales de empleo y desarrollo y que contribuye a impulsar un desarrollo equilibrado entre comarcas”. Suena bien, pero a juzgar por los hechos, la balanza sigue inclinándose del otro lado y la Serranía, otra vez más, queda fuera del reparto.
