El municipio serrano de Jubrique ultima los detalles para celebrar, los días 7, 8 y 9 de agosto, la segunda edición del Festival de Poesía y Música ‘Abolongo’: una propuesta cultural distinta, inclusiva y plenamente accesible que tomará plazas, calles y rincones del pueblo como escenarios de expresión artística.
Tras el éxito cosechado en su primera entrega, el festival da este año un paso adelante con un cartel de altura en el que brillan nombres como Marwán, Aslándticos, Retrovit, Mario Ezno o Xispazo, entre otros. Pero el programa va mucho más allá de la música: habrá cuentacuentos, un mercado gastro-artesano, sesiones de micro abierto, presentaciones literarias, espacios dedicados a la infancia y hasta un concurso de microrrelatos y poesía.
Fiel a su vocación de cercanía y diversidad, ‘Abolongo’ volverá a contar con interpretación íntegra en lengua de signos, itinerarios libres de barreras arquitectónicas, comunicación visual mediante pictogramas y medidas específicas para garantizar el acceso y disfrute de personas con diversidad funcional.
El origen del festival se encuentra en la buena acogida de las cuatro ediciones de ‘Micro Abierto’, un encuentro de poesía, relatos y música que sirvió de semilla para este proyecto mayor. El nombre, ‘Abolongo’, es una palabra propia del habla local que evoca fiesta, ilusión y alegría compartida.
Desde el Ayuntamiento de Jubrique se subraya que “Abolongo es un festival pensado para todas las edades, sin masificaciones, al aire libre, y con propuestas que apelan al corazón, la creatividad y la convivencia”. Esta segunda edición, añaden, “consolida un modelo que demuestra que la poesía, la música y la creación colectiva pueden transformar el espacio público en un lugar de belleza, encuentro y comunidad. Queremos seguir tejiendo redes entre lo rural y lo artístico, entre la tradición y la innovación, entre el cuidado del entorno y el impulso creativo”.
La organización ha querido agradecer especialmente el respaldo de las entidades y empresas colaboradoras, cuyo apoyo hace posible que Jubrique vuelva a convertirse, por unos días, en un epicentro cultural cargado de emoción y palabra viva.
