Este pasado viernes, el histórico Convento de Santo Domingo se vistió de gala para acoger la tradicional cita del Turismo en Ronda. Una velada en la que se reconoció la entrega de empresas y profesionales. Los premiados de esta edición han sido LA Organic, Venta El Polvorilla, grupo Martalia y Venta El Pelistre. Son un reflejo fiel de la riqueza y diversidad del turismo rondeño, desde ventas familiares que han sabido resistir al paso del tiempo hasta proyectos innovadores con mirada internacional.
La Venta El Polvorilla abrió sus puertas en 1981 en el Llano de la Cruz, de la mano de Antonio Sánchez, conocido con cariño como El Polvorilla. Junto a su esposa, levantó un negocio familiar mientras cuidaban de hijos y mayores. Cuatro décadas después, sus descendientes, Ani y Antonio, siguen al frente de una casa donde tradición y sabor se sirven a diario. Pollo y conejo al ajillo, arroz o lomo en manteca son algunas de esas recetas capaces de conquistar tanto a clientes locales como a visitantes de medio mundo.
También fue reconocida la Venta El Pelistre, con raíces en 1950, cuando Manuel García abrió una humilde casa de vinos para los trabajadores del campo. Su esposa, con paciencia y buen hacer, fue añadiendo guisos que transformaron aquella taberna en un templo de la cocina casera. Hoy, tres generaciones después, la familia conserva intacto ese espíritu de autenticidad que resiste al paso del tiempo.
En el terreno del alojamiento, el premio recayó en Martalia, una firma nacida en 2020 para cubrir una necesidad en la ciudad: ofrecer apartamentos modernos, equipados y pensados para familias y viajeros que buscan comodidad sin renunciar al encanto de Ronda. Con 38 unidades en la ciudad, presencia en Nerja y Marbella y proyectos en marcha en Benalmádena y Sierra Blanca, Martalia ha sabido crecer sin perder de vista su objetivo: enriquecer la experiencia de cada visitante.
El cuarto galardón fue para LA Almazara, un espacio singular donde tradición y vanguardia se dan la mano. Diseñada por el prestigioso Philippe Starck, no es solo una almazara en la que se produce aceite de oliva virgen extra, sino también un museo vivo que rinde homenaje a la historia, el arte y la cultura de Andalucía.



