La Junta de Andalucía ha anunciado con triunfalismo la llegada de un segundo equipo de tomografía axial computerizada (TAC) al Hospital de la Serranía de Ronda. Sin embargo, el aparato, que cuesta medio millón de euros, no entrará en funcionamiento hasta bien entrado 2026. Es decir, más promesas que resultados inmediatos para una comarca que lleva años reclamando mejoras en su sanidad pública.
La noticia llega después de meses —incluso años— de presión ciudadana, movilizaciones de plataformas sanitarias y críticas constantes de la oposición ante el deterioro del servicio en el Área Sanitaria Serranía de Málaga. La crisis generada por los retrasos en las mamografías y la saturación del hospital han terminado empujando a la Junta a mover ficha.
El Gobierno andaluz vende la medida como un “avance tecnológico” y una “prioridad de gestión”, pero la realidad es que la Serranía es la única comarca de la provincia que aún no contaba con dos TAC. Una carencia difícil de justificar tras más de una década de promesas incumplidas y anuncios que se repiten cada año en vísperas electorales.
La Consejería de Sanidad asegura que el nuevo equipo permitirá mejorar la atención en patologías graves, como los ictus o las isquemias intestinales, y reducir las listas de espera. Sin embargo, el aparato permanecerá inutilizado, al menos hasta ebtrado el año próximo, siempre que se cumplan los plazos estipluados. El propio Gobierno autonómico califica como “una actuación técnica compleja”. En otras palabras: el hospital aún no tiene espacio listo para instalarlo.
Mientras tanto, los pacientes seguirán siendo derivados a otros centros y el hospital continua funcionando al límite de su capacidad. El anuncio suena más a parche tardío que a una apuesta real por la sanidad pública en el interior de la provincia.
