Redacción

La promesa vacía de los cajeros automáticos: Diputación deja atrás a los pueblos pequeños. De 18 municipios que faltan, 15 son de la Serranía

Otra promesa que se esfuma. El equipo de gobierno del Partido Popular en la Diputación de Málaga ha vuelto a quedarse en los anuncios grandilocuentes y las fotos de titulares, mientras la realidad de los pueblos pequeños sigue igual o peor. La instalación de cajeros automáticos en municipios sin servicios bancarios, vendida como una medida estrella contra la exclusión financiera y la despoblación, ha quedado en humo.

Pero siendo grave el incumplimiento para la Serranía, lo es más al ver que de los 18 pequeños municipios donde el incumplimiento del acuerdo los deja sin cajero, 15 son de la zona. En concreto quienes seguirán, al menos hasta 2026 sin cajero y sufriendo esa exclusión fundamental para el día a día, son los habitantes de Alpandeire, Atajate, Benadalid, Benarrabá, Cartajima, Faraján, Genalguacil, Igualeja, Jubrique, Parauta, Pujerra y Estación de Gaucín.

Ni lo sufragó en 2024 ni lo hará en 2025
El diputado provincial socialista Miguel Espinosa ha puesto el dedo en la llaga. Tras una primera fase en la que se instalaron apenas nueve cajeros, el PP anunció a bombo y platillo que llevaría esta iniciativa a otros 18 municipios. Sin embargo, un año después, la Diputación admite que no solo no ha invertido ni un euro en esa ampliación en 2024, sino que tampoco piensa hacerlo en 2025. Y así, los pueblos de siempre, los que más lo necesitan, vuelven a ser los grandes olvidados.

Alfarnatejo, Atajate, Genalguacil, Salares… nombres de pueblo que suenan a sierra, a gente mayor, a comercios que aguantan a duras penas y vecinos que aún se resisten a dejar su tierra. ¿Qué pasa con ellos? ¿No merecen un mínimo acceso a servicios bancarios? ¿No merecen algo más que promesas de campaña?

Los socialistas de la Diputación han anunciado que llevará al pleno una moción para que el PP cumpla su palabra y habilite partidas presupuestarias en 2025 y 2026 para instalar esos cajeros. Porque, más allá de colores políticos, se trata de dignidad y de justicia territorial.

La lucha contra la despoblación no se hace con discursos, sino con acciones concretas. Y mientras se llenan la boca hablando de equilibrio territorial y vertebración de la provincia, la realidad es que 18 pueblos, 15 de la Serranía, siguen esperando un cajero que les prometieron y que no se atisba que el día de su instalación esté cercano.

 

 

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