Montejaque, con apenas 952 habitantes, ha sido señalado como uno de los grandes “paraísos fiscales” para vehículos en España. Así lo destaca un reciente informe de la Asociación de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que sitúa a esta localidad malagueña como uno de los destinos favoritos para quienes buscan pagar lo mínimo por el impuesto de circulación.
Y no es para menos, pues mientras que en ciudades como Málaga capital este tributo municipal ronda los 122 euros de media, en Montejaque se queda en tan solo 16 euros. Esta diferencia ha convertido al pueblo en un imán para empresas de renting, alquiler de vehículos y particulares que matriculan allí sus coches aunque jamás circulen por sus calles.
El dato más sorprendente: casi 2.900 vehículos fueron matriculados en Montejaque en el último año, y cerca de 8.500 desde 2022. Un volumen desproporcionado si se compara con la población local, lo que arroja una cifra difícil de creer: como si cada montejaqueño se hubiera comprado tres coches al año.
El fenómeno no es nuevo, pero sí se ha intensificado tras la supresión en 2000 del indicativo provincial en las matrículas, lo que abrió la puerta a que grandes flotas se concentren en municipios con una fiscalidad atractiva. En este caso, Montejaque se ha convertido en un auténtico símbolo de esta práctica.
A nivel andaluz, solo hay otro municipio en la lista: Macharaviaya, también en Málaga, con 506 habitantes y unos 1.500 vehículos matriculados en 2024. Su impuesto medio, eso sí, está más alto que en Montejaque: unos 80 euros por coche.
Este tipo de estrategias fiscales, legales pero muy controvertidas, permite a los ayuntamientos recibir ingresos considerables por vehículos que ni siquiera pisan sus calles. En el caso de Montejaque, el “milagro del numerito” le ha garantizado un flujo económico constante que contrasta con su tamaño y recursos.
El informe de AEA señalado por la Cadena Ser Andalucía, incluye a 27 municipios de toda España con una relación desorbitada entre vehículos matriculados y habitantes, pero ninguno tan llamativo como Montejaque, donde las cifras superan incluso las tasas de motorización de países como Estados Unidos o Japón.