La Málaga edénica de Vicentito el Nobel por Santa Week, gasta una gran concurrencia adánica y de las Nintis con las costillas a despecho. Don José Carlos Garín, Comandante en Jefe de los desfiles de las cofradías, maniobra en los recuerdos de los malagueños a los que la Semana Santa, dice, se les ha complicado mucho. En un quinquenio la guirimanía ha alcanzado más de un 56%, por lo qué entre cada Casa de Hermandad y esquina guay, rebosamos doscientos mil más dándonos achuchones; añadamos que ya dar un salto al Centro o a los barrios procesioneros, es tarea imprecisa de las tardanzas del Cercanías acostalado con reuma de tantos kilosgratis y los endemoniados atascos desde nuestra morada en el kilométrico de los alrededores. Es rarito, pero obligado, cargar con túnica y capirote en el Metro y se imponen las deportivas para lucir la peineta el Viernes Santo visitando las Estaciones.
En fin, como cofradías han renacido en los extramuros más habitados y modestos de la Ciudad del Paraíso, será de perlas ver las salidas de los sagrados titulares de las impresionantes torres de Paco, desde el Sacaba Beach a la Rosaleda al paso. Ni hay chicle bazoca, ni te refrescas con limones cascaruos y las bolas de cera se esparcen por la acera, para restregarnos el fregao que se ha organizado. A mis edades y después de tantos pendones, carreras entre salidas y encierros; ya no puedo cantar aquello de, -“dile a Mariquilla la Nostra, que no tenemos para hincharnos de flimflamrum…”, es decir que no quedaba una pela para engullirnos los churros de madrugá. Ya nada es lo que era, pero si se te atasca el mando a distancia en plena Feria del Sur de Europa, algún canal local te visionará cualquiera de nuestros pasos de palio en pleno Agosto.
Curro Flores
