Un cafelito en La Moncloa
Ares y las Tres Furias, habían cegado mi razón, frente al probo e irreprochable juez Peinado; anduvo bien el sueño cuando al pronto se produjo en mi una epifanía digna del costalazo que se dio Paulo de Tarso al caerse del caballo. Las cosas que antes me guiaba el graderío amigo, frente a la presunta ...