Redacción

Un viaje entre montañas, leyendas y sabores auténticos por la Serranía

Turismo

Nuestra comarca, se sitúa entre la Costa del Sol, la campiña sevillana y la serranía gaditana. Ahí, como escondida, se encuentra un mundo aparte: la Serranía de Ronda, un territorio que es mucho más que montañas. Aquí los paisajes se transforman a cada paso con mesetas abiertas en torno a Ronda, valles profundos en el Guadiaro, bosques de castaños en el Genal, encinares en el norte y la silueta imponente de la Sierra de las Nieves, donde crecen pinsapos centenarios que vigilan el horizonte.

La comarca se erige como un enclave privilegiado en el corazón de Andalucía, abrazada por tres joyas de la naturaleza: el Parque Natural de Los Alcornocales, la Sierra de Grazalema y el recién declarado Parque Nacional de la Sierra de las Nieves. Este entorno único le otorga un valor ambiental de primer orden, donde la diversidad de paisajes —que van desde los bosques húmedos de laurisilva y alcornoques hasta las cumbres calizas y los pinsapares— convierten la comarca en un auténtico santuario para la biodiversidad.

La Serranía no solo destaca por su riqueza natural, también se ha consolidado como un referente para los amantes del turismo activo. Senderismo, escalada, espeleología y observación de aves figuran entre las propuestas más demandadas por los miles de visitantes que cada año buscan experiencias en contacto con la naturaleza.

La identidad serrana, sin embargo, va más allá de sus paisajes. Los pueblos blancos de la comarca muestran un valioso legado histórico que combina vestigios romanos y andalusíes con tradiciones populares que siguen muy presentes. Fiestas locales, gastronomía de productos autóctonos —como el queso de cabra payoya, chacinas artesanales, vinos de la tierra o guisos de temporada— y un calendario cultural lleno de citas singulares conforman una oferta que conserva intacta la hospitalidad de sus habitantes.

Naturaleza que sorprende

La Serranía es un mosaico de vida. En sus tres parques naturales —Grazalema, Los Alcornocales y Sierra de las Nieves— habitan especies únicas como el pinsapo, el águila real o el buitre leonado. Son espacios ideales para disfrutar de actividades al aire libre: senderismo, escalada, espeleología o simplemente perderse en la contemplación de la naturaleza.

Historia que se respira

Cada pueblo guarda su leyenda y cada piedra cuenta una historia. Castillos medievales, baños árabes, palacios, cuevas prehistóricas y hasta refugios de bandoleros esperan al visitante. Pasear por Ronda o por los pequeños pueblos del Genal y el Guadiaro es, en realidad, un viaje en el tiempo.

Sabores y artesanía con alma

La riqueza de la tierra se saborea en cada rincón: quesos de cabra, miel, castañas, chacinas ibéricas y vinos locales. Los montes ofrecen corcho y plantas aromáticas, mientras que los talleres artesanos mantienen vivas las tradiciones en piedra, cerámica, forja y madera.

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