Los vaticinios y los análisis previos eran pesimistas por la dimesnión de los daños causados, pero se quedaron cortos tras oír de la propia consejera de Fomento del Gobierno andaluz, Rocío Díaz, sus previsiones tras los primeros informes recibidos. Todo un mazazo para la Serranía y es que la obra se prolongará al menos un mínimo de seis meses. Una pésima noticia para los usuarios de esa vía y para el turismo. En el mejor de los casos, no sería hasta agosto, cuando de manera progresiva, se recuperará el tráfico normal. La consejera ha afirmado tras visitar la zona afectada por el temporal que, en todo caso, la Junta intentará abrir al menos un carril en un periodo de cuatro meses y medio, aunque esa medida continará ralentizando el tráfico, aun que paliaría algo. La representante del Gobierno andaluz ha aclarado que en este momento no se está llevando a cabo ningún trabajo en el terreno a causa del clima por lo que lo que se ha hecho ha sido un análisis preliminar para una primera evaluación mediante una “inspección visual”.
Como resumen de los datos y plazos aportados por la Junta de Andalucía se deduce que las obras para restablecer la circulación en la vía afectada no podrán iniciarse hasta que las lluvias den tregua. Teniendo en cuenta que estas aún persistirán durante esta semana, los trabajos podrían arrancar a finales de la próxima semana, aunque todo dependerá de la evolución del tiempo, lo que deja abierta la posibilidad de más retrasos.

Si esto es así, una vez comenzados los tranajaos de reparación, se estima que pasarán al menos cuatro meses y medio antes de que se habilite un paso alternativo que permita cruzar la zona con restricciones. Dando por hecho que estos plazos se cumplan, la circulación parcial no será posible hasta agosto, aunque todavía con dificultades para los conductores.
El restablecimiento total del tráfico requerirá aun más tiempo. La duración completa de las obras se ha fijado en un plazo de seis meses. Este espacio de tiempo conllevará que la doble circulación no se recuperará hasta finales de septiembre o incluso octubre.
La consejera ha explicado desde la zona afectada, que este largo proceso responde a dos problemas fundamentales. Por un lado, estaría el hecho de que el talud sigue inestable debido a las intensas lluvias en la Serranía, lo que implica un riesgo constante de desprendimientos. Por otro, nos encontramos con que la estructura del viaducto presenta daños importantes y necesita un refuerzo estructural antes de su reapertura completa.
La consejera se ha comprometido a informar a los alcaldes de la zona y a que las obras se aceleren todo lo que se pueda. Sin embargo, todo queda condicionado a la evolución de un mes de marzo que, de momento, continúa marcado por la lluvia y la incertidumbre.
Por su parte e l jefe del Servicio de Carreteras de la Delegación Territorial ha advertido que la situación sigue siendo incierta mientras persistan las lluvias, ya que existe un alto riesgo de que el deslizamiento continúe avanzando. Además, ha avisado que la inclinación de la ladera podría obligar a replantear la solución adoptada, lo que no solo agravaría el problema, sino que también afectaría los plazos y el presupuesto previsto.